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¿Cada cuánto lavas tu sujetador?

¿Cada cuánto lavas tu sujetador?

La ropa interior es la joya de la corona, uno de nuestros tesoros más preciados. La compramos por necesidad, pero tiene cierta connotación erótica que nos hace sentirnos guapas y sexies.

El sujetador, un compañero que nos acompaña durante casi toda nuestra vida y por este mismo motivo debemos cuidarlo y tratarlo como se merece.

Para muchas mujeres es complicado dar con su talla, ya sea porque tienen mucho o poco pecho, otras no encuentran los diseños con lo que sueñan y algunas se quejan de que los renuevan constantemente. Muchos mitos y leyendas sobre una prenda que es mucho más sencilla de lo que crees y que con los mimos adecuados puede llegar a durar más de un año en tu armario.

¡Vayamos al grano!

Olvídate de todo lo que te contaron sobre el sujetador, aquellas frases que todas hemos escuchado como, por ejemplo, que el sujetador no se lava o al menos no todos los días, y quien diga lo contrario miente. Nosotras recomendamos lavar el sujetador después de 5 o 7 puestas. Obviamente esta regla varía en función de qué hayas hecho con el sujetador, no es lo mismo si has practicado deporte con el puesto (debes lavarlo de inmediato), si has salido a pasear en mitad del verano a 40ºC (en cuyo caso también deberías lavarlo) o si simplemente lo has llevado durante una jornada laboral.

Encaje, seda, algodón, terciopelo... el sujetador probablemente sea una de las prendas más delicadas de tu vestidor, por eso protege y cuida de forma adecuada tus piezas favoritas, lo agradecerás.

A continuación, te enseñamos como deberías lavar tus prendas de lencería para que mantengan ese aspecto que tanto te gusta:

  1. Lava a mano todos tus sujetadores: recopila varios sujetadores del mismo color, sumérgelos en un recipiente con agua templada y añade un chorrito de detergente para prendas delicadas. Muévelos un poco y déjalos en el agua durante 5 minutos. Ya están limpios, ahora solo debes aclararlos correctamente, escurrirlos sin retorcerlos y dejarlos secar sobre una superficie plana. Si por alguna razón el extremo dónde lo abrochas está más sucio de lo normal, frótalo un poco hasta eliminar cualquier resto de piel muerta o manchita.
  2. Evita el agua a altas temperaturas: estropea las fibras de la tela, los elásticos y disminuye la intensidad de color.
  3. Si recurres a la lavadora hay algunas reglas esenciales que no debes olvidar: mete las prendas en una bolsita de malla para proteger tu sujetador de posibles enganchones con otras prendas, elige un programa delicado, utiliza el mismo detergente que utilizarías para el lavado a mano y jamás introduzcas tu sujetador en la secadora. El lavado a máquina puede dañar los aros, aplastar la copa o incluso reducir el relleno.
  4. Y, por último, a la hora de guardar tus sujetadores elige un cajón concreto en el que poder colocar ordenadamente tu lencería. Nosotros siempre los ponemos a modo cucharita, es la forma más adecuada y aprovechas mucho el espacio. Si tienes algún modelito muy especial que solo usas en ocasiones especiales, envuélvelo en papel de seda, se mantendrá intacto.

¿Has tomado nota de todo? Recuerda que el resto de tu lencería (braguitas, tangas, picardías...) también requiere un cuidado especial para mantenerse en perfecto estado.

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